COCINA OVO-LACTO-VEGETARIANA... Y OTRAS EXQUISITECES.


Yo cocino desde que era una niña. Por aquel entonces, amasaba el pan con arena y agua y lo dejaba secar al sol, con paciencia. Hacía exquisitas sopas con hierbecitas, piedras y agua, y luego se las daba a mis muñecas. Siempre estuvieron muy bien alimentadas.

Hoy sigo cocinando. Y lo hago para alimentar el cuerpo y el espíritu de mi familia, de mis amigos, para procurarles un poquito de salud y felicidad. Y , de paso, para dar cauce a una de las expresiones creativas que más me relajan y que mayor placer pueden llegar a causar en mi querido prójimo: un plato vegetariano, equilibrado, sabroso, aromático, bien presentado … agradable en fin a todos los sentidos.

E incluyo, por supuesto, el sentido común: Obviamente, merece la pena cualquier plan dietético que nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad ética, respete más los recursos del planeta y sea potencialmente capaz de hacer desaparecer el hambre. El vegetariano sabe que con su vida diaria contribuye de forma privada, pequeña e indirecta al alivio del sufrimiento humano y animal. Tiene conciencia de que en vez de ser parte de un problema es parte de una solución potencial. No cabe mayor sentido común.

Lo que os ofrezco son pequeños experimentos culinarios que yo misma he ido realizando y recopilando a lo largo de casi veinte años de mi experiencia vegetariana. Por supuesto, casi todos tienen su origen en una receta que un día leí, observé y apunté, escuché, o me fue transmitida por las sabias manos de mi abuela. Pero mi absoluta incapacidad para seguir una receta al pie de la letra (mi madre dice que esto tiene que ver con mi creatividad, pero yo pienso más bien que es por mi afán desmedido de libertad en todos los campos), me ha llevado a escribir mi propio recetario.

Espero que os animéis a cultivar conmigo un arte que es pura alquimia, pura armonía, salud y magia: el arte de la cocina vegetariana.




"Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento." Hipócrates

22.4.12

Tarta de chocolate del Final Feliz.


Final Feliz

"Después de una cena erótica que, cucharada a cucharada, ha conducido a los amantes a través de los preámbulos y juegos amorosos hasta el lecho, debe haber un final feliz: el postre. Un postre corona la orgía íntima: mangos flambeados con ron o profiteroles rellenos con frambuesas y cubiertos por un manto aterciopelado de chocolate…”

Isabel Allende, “Afrodita” (Postres)

 TARTA DE CHOCOLATE DEL FINAL FELIZ
Con salsa de Calvados, hierbabuena y fresas.


Triturar 250 grs de galletas y mezclar con 80 grs de mantequilla derretida. Engrasar un molde para tartas (mejor si es desmontable) y apretar esta mezcla en el fondo para hacer la base de la tarta.
Aparte, fundir  al baño maría 250 grs de chocolate puro en pastilla y, dentro del mismo cazo, añadir ½ l. de nata líquida, ½ l. de leche y tres sobres de cuajada en polvo. Remover continuamente y a fuego suave hasta que hierva. Entonces apartar del fuego sin dejar de remover. Volver a poner el fuego hasta que vuelva a hervir y retirar. Echar la mezcla sobre la base de la tarta. Dejar enfriar y luego meter en la nevera. Para decorar, rallar unos 50 grs. del mismo chocolate en pastilla. Repartir por la superficie (ya en frío) y decorar con unas frambuesas.
Salsa: Triturar un cuarto de fresas con dos cucharadas de azúcar moreno, un poco de licor de manzana Calvados (u otro) y un manojo de hierbabuena.




7.9.11

Paella valenciana de verduras.


Para que luego digan los puristas que no se puede hacer una paella sin carne...


Los ingredientes tradicionales con pimiento, setas, brócoli, habas, judías verdes, alcachofas, champiñones... y todas las verduras que le quieras añadir. No olvides las ramitas de romero.


Qué orgullo que este plato universal haya nacido en el mismo lugar que yo...


Lava las verduras y córtalas en cuadraditos.

Calienta el aceite en la paella y saltea todas las verduras durante unos 15 minutos.

Añade un poco de pimentón, mézclalo bien con las verduras, e incorpora el arroz (calcula unos 350 grs para 4 personas) sin dejar de revolver, hasta que comience a estar transparente.

Machaca dos dientes de ajo y una ramita de perejil junto con unas hebras de azafrán, diluye la mezcla con un poco de agua e incorpora al preparado anterior.

Vierte caldo de verduras caliente (doble volumen de caldo que de arroz) sobre el arroz y las verduras. Añade las ramitas de romero. Rectifica la sazón, y cuece durante 20 minutos o hasta que el arroz esté en su punto.

Deja reposa la paella unos minutos antes de servirla.

4.8.11

Bizcocho de chocolate con melocotones enamorados.


Esta mañana, en el mercado, me he enamorado de unos melocotones que brillaban como auténticos soles. Habían llenado el aire de un perfume aromático y profundo, y se me ha hecho la boca agua... Creo que ha sido un flechazo mutuo. Durante el camino a casa, seguían regalándome su perfume desde la cesta sin ningún miramiento. Al final no he podido más, he sacado uno, y le dado un refregón por la manga para limpiarlo un poco, para acabar pegándole un bocado hasta el mismo corazón que me ha sabido a gloria bendita.

Aquí tenéis este bizcocho con melocotones de Calatayud, de secano, de los buenos. De los que te hacen dar gracias a la naturaleza por todas sus bondades.
El bizcocho es lo de menos. Coged cualquiera de las recetas que he usado ya, o una de las vuestras. Añadid a la masa un buen trozo de chocolate derretido. Y comedlo con unos melocotones troceados y hervidos con muy poca agua y con una cucharada de azúcar moreno y otra de canela molida. En el momento de comerlo, rociad el pedazo de bizcocho con un poco del líquido de cocer la fruta.
Pero, sobre todo, imitad a Santiago en este fragmento de la novela de Cristina López Barrio. Haced la masa con ese mismo amor sólido, líquido y gaseoso... y obtendréis la receta perfecta.



“No tardaron las manos de Santiago en sumergirse en un bol de yemas de huevo. Abrió la ventana de par en par. A las yemas unió harina, azúcar, una pizca de sal; sus dedos mezclaron los ingredientes transformándolos en una masa donde hundió sólo el índice y el corazón de la mano derecha para comprobar la consistencia. Era perfecta. Besó aquel trozo de masa y lo junto con el resto. Sabía que Úrsula le estaba mirando desde su ventana. Ella también podía sentir la suavidad de la masa. Santiago abrió una red de limones y raspó la corteza de uno de ellos hasta que la ralladura quedó en un montoncito, tan erizada y solitaria que se convertía en un pubis de oro. Él la observó con veneración, como si observara un paisaje que podía desmenuzar entre sus manos, chuparlo, olerlo. Y eso hizo. Luego echó la ralladura en la masa, extendió ésta sobre la encimera con la ayuda de un rodillo y le pintó con huevo el rostro. Ella jamás había visto cocinar con tanto amor, con un amor sólido, líquido, gaseoso; un amor que atravesaba el patio y agigantaba las corolas de las petunias, transformando el alféizar en una selva que se abría paso ante lo inevitable.”

Cristina López Barrio

("La Casa de los Amores Imposibles")

24.5.11

Pera a la canela con salsa de chocolate blanco.



Hoy toca un postre dulce y suave como terciopelo y envuelto en aroma de canela. Es fácil de hacer, rápido, y os aseguro que no hay quien se le resista. Mmmm....

- una pera (o una manzana) por persona.
- una tableta de chocolate blanco de unos 300 grs.
- 100 ml. de leche.
- una cucharada sopera de brandy (opcional).
- unos fideos de chocolate.
- un limón.
- canela en polvo.

Pela las peras, quítales el corazón y córtalas en gajos. Ponlas a cocer en un poco de agua con la corteza del limón durante unos minutos, hasta que estén blandas. Escurre y coloca los gajos en una fuente. Reserva.
Para la preparación de la salsa, pon en un cazo al baño maría el chocolate blanco cortado en trocitos, el brandy y la leche, y bate bien cuando el chocolate se funda para que se unan todos los ingredientes. Vierte la salsa sobre las peras y acaba adornando el postre con los fideos de chocolate y la canela.
Puedes servir frío o caliente.


21.5.11

Dos entrantes a base de pimientos.

Llega el calor, y con él, cada vez más apetecen los platos ligeros y refrescantes. Prueba estos dos entrantes a base de pimientos (rojos y verdes), y disfruta además de sus propiedades: el pimiento está lleno de fibra, y no aporta grasas. Además, es rico en vitaminas (especialmente C y E), y un gran apoyo para el sistema inmunológico.

Una curiosidad sobre el pimiento:

Según todas las enciclopedias y el criterio de todos los eruditos, el pimiento nos llegó de América con los primeros viajes de Colón. Sin embargo, hoy descubro en una página de internet que en Villalcázar de Sirga (Palencia), se conserva en perfecto estado un sarcófago del siglo XIII, de la segunda esposa del infante Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio. Se llama Leonor Ruiz de Castro y Pimentel, y en su mano sostiene... ¡un pimiento! (ver foto) ¿Cómo es posible, si no se vería un pimiento por tierras ibéricas hasta finales del XV? Es un misterio. Y, por cierto, ¿de dónde viene el apellido Pimentel en el XIII?




PIMIENTOS VERDES RELLENOS


- medio pimiento rojo.
- 1 diente de ajo
- 1 limón
- aceite de oliva
- una cucharada de perejil picado
- 4 pimientos verdes largos
- 300 grs de mozzarella rallada
- 3 ó 4 nueces peladas y picadas
- sal y pimienta



Corta el pimiento rojo en daditos muy pequeños. En un bol, mezcla el ajo, los daditos de pimiento rojo, el zumo del limón, 4 cucharadas de aceite de oliva y el perejil. Sazona con sal y pimienta. Reserva.
Corta los pimientos verdes a lo largo y quita las partes blancas y las semillas. Pincela con aceite de oliva y asa a la parrilla durante unos 6-8 minutos con la parte hueca hacia abajo. Retira y coloca en los huecos la mozarella rallada. Vuelve a asar durante unos 6 minutos con la parte ya rellenada hacia arriba. Vierte por encima la sala que has reservado y reparte las nueces picadas por encima.


MUHAMMARA


La muhammara es una crema de pimiento originaria de Siria, muy común en la gastronomía de oriente medio. La receta es muy sencilla. Sírvela con unas rodajas de pan, y verás como no sobra nada...


- 2 pimientos rojos grandes asados (en muchos supermercados los puedes comprar ya asados).
- un puñado de nueces peladas.
- una cebolla mediana picada.
- un diente de ajo picado.
- una cucharadita de comino, otra de pimentón dulce, media de sal.
- 2 cucharaditas de zumo de limón.
- 2 cucharadas de sirope de ágave o de otra melaza.
- 2 cucharadas de pan rallado.
- aceite de oliva.

Saltea la cebolla en aceite de oliva. Añade el ajo y el comino y luego mezcla todo con el resto de los ingredientes. Bate la mezcla hasta que quede un paté cremoso y homogéneo. Si te gusta más espeso, puedes añadir más pan rallado hasta que tenga la consistencia que más te guste.

15.4.11

Sopa de verduras y tofu al cilantro.



Las especias son el punto fuerte de la cocina vietnamita. En casi todas las recetas vietnamitas vegetarianas que he leído, se repiten ingredientes como el cilantro, la menta, el curry, la pimienta, el jengibre... Los caldos también son base para muchas recetas, y los vegetales son la piedra angular de todas ellas. Se usa abundante cebolla, zanahoria, bambú, brotes de soja, o las conocidas setas chinas o shiitake. Son muy habituales también las hojas de plátano, que se utilizan para preparar alimentos al vapor, así como la leche de coco, tanto en platos dulces como salados. Lo que aquí conocemos como productos específicamente vegetarianos, como el tofu o el seitán, en Asia se consumen como una parte más de la dieta.

Mezclando algunos de estos ingredientes en mi particular “batidora”, he elaborado una sopa de estilo vietnamita que no se parece en nada a nuestras sopas europeas. Contiene mil aromas, resulta agradablemente picante, y se puede comer como plato único dado lo nutritivo de sus ingredientes.

SOPA DE VERDURAS Y TOFU AL CILANTRO

Para unas 4 personas:

- 2 cucharadas de aceite de girasol

- 1 cebolla picada

- 2 dientes de ajo picados

- 1 pimiento verde picado

- 2 patatas grandes cortadas en trozos pequeños

- 2 zanahorias cortadas muy finas

- 1/4 de champiñones (o setas shiitake)

- jengibre fresco y rallado

- 3 cucharadas soperas de curry en polvo

- un bloque de tofu cortado en trocitos

- caldo de verduras

- una lata de leche de coco

- pimienta, sal de hierbas

- un manojo de cilantro bien picado


Rehoga la cebolla en el aceite de girasol. Añade la zanahoria, el ajo, el pimiento y los champiñones (o las setas). Incorpora el jengibre y el curry. Cuando empiecen a ablandarse las verduras, añade caldo de verduras hasta cubrirlas y deja hervir. Añade entonces la leche de coco, las patatas, el cilantro picado y el tofu. Añade la sal y la pimienta (al gusto). Deja cocer hasta que se ablande la patata.

Mi consejo: sirve esta sopa con un vino blanco bien fresquito.


23.3.11

Pionono Mermaid.


Aquí tenéis un plato muy "festivo", diferente, original... de los que tus invitados -que ya lo han probado alguna vez- te piden cuando van a tu casa.

Se llama "Pionono" (en su versión dulce) a un pastel de tamaño pequeño (algunos lo comen de un solo bocado), que consta de una fina lámina de bizcocho enrollado, formando un cilindro, y "emborrachado" con algún tipo de líquido dulce que le da una textura agradable y fresca. Suele ir coronado con crema tostada. Su aspecto pretende representar la forma de la cabeza del Papa Pío IX (de ahí el nombre), y parece ser que fue creado como homenaje a éste.

Mi "Pionono" no rinde homenaje a Papa alguno, pero mantiene el nombre, simplemente porque me encanta como suena, y porque es tan original como la misma receta.
Éste es una plato no-dulce, aunque no salado del todo (el bizcocho que he usado es el mismo que se usa para las tartas dulces). Y precisamente es esa mezcla, en mi opinión, lo que lo hace especialmente agradable y apetecible.


- una placa de bizcocho fina (la puedes comprar hecha en cualquier horno o pastelería)
- un bol de mayonesa casera
- salsa curry
- dos aguacates
- dos tomates frescos medianos
- dos huevos duros
- un par de cebolletas en vinagre bien picadas
- semillas de amapola
- reducción de vinagre de Módena

Mezclar tres cucharadas de mayonesa con dos cucharadas de salsa al curry, y extender bien la mezcla sobre toda la superficie del bizcocho, dejando libre sólo un pequeño margen alrededor. Cortar los aguacates, los tomates y los huevos duros en trocitos y extender bien sobre la salsa. Repartir luego la cebolleta picada. Enrollar hasta formar un cilindro. Pintar toda la superficie del cilindro con más salsa (mezcla de curry y mayonesa) y dejar en la nevera un par de horas como mínimo. Luego, cortar en rodajas con un cuchillo bien afilado. Antes de servir, espolvorear con semillas de amapola y decorar con un poco de reducción de vinagre de Módena.

14.3.11

Store Wars



Mantente alejad@ del lado oscuro... y que La Granja te acompañe!


13.3.11

Natillas de almendras y canela.


Un postre dulce y nutritivo, sano, delicioso... y apto para veganos.
El toque crujiente de cereales le da "vida" a este postre que disfrutaréis desde la primera hasta la última cucharada.

Para unas 4-5 copas:

- 1 cucharada sopera de harina de maiz ( o "Maizena")
- 600 ml de leche de arroz (o de avena, o de soja)
- 2 cucharadas de crema de almendras (la que se vende para hacer leche de almendras en casa)
- 1 cucharada sopera de sirope de ágave (o de miel)
- 1 cucharadita de canela en polvo
- copos de cereales con chocolate

Diluye la Maizena en unas cucharadas de la leche vegetal que elijas. Tritura el resto de los ingredientes y añade al final la Maizena disuelta. Mezcla bien. Pásalo todo a una cazo y cuece a fuego medio removiendo continuamente hasta que espese. Sirve en copas y deja enfriar, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera. Sírvelo con unos copos de cereales con chocolate.

11.3.11

Tempeh estilo tailandés.


El tempeh es una preparación, a partir de la soja, con grandes propiedades nutricionales, puesto que es rico en proteínas vegetales de gran calidad, mientras que no contiene grasa ni colesterol.
Esta noche hemos probado esta receta. Y, como es mi costumbre, una vez recibida la aprobación familiar, paso a compartirla con vosotros. Se trata de un plato con un sabor distinto y original, exótico, y muy al estilo tailandés.

Para unas 4 personas:

- unos 350 grs de tempeh (yo he usado uno macerado con tamari)
- aceite de sésamo
- una cebolla grande picada
- dos dientes de ajo picados
- 100 grs de judías verdes, cortadas en palitos
- una zanahoria cortada en cuadraditos pequeños
- dos cucharadas de crema de cacahuete
- un bote de leche de coco (unos 400 ml)
- curry de sabor más bien fuerte y un poco picante
- sal
- sésamo para decorar


Corta el tempeh en trozos de aproximadamente 5x7 cm. Dóralo en una sartén con aceite de sésamo (o de oliva si éste te resulta difícil de conseguir). Reserva.
Aparte, dora la cebolla en un poco de aceite a fuego muy lento. Añade las judías, los ajos y la zanahoria. Añade un poco de sal y cocina removiendo de vez en cuando hasta que las verduras estén al dente. Incorpora el curry, la leche de coco y la crema de cacahuete. Deja hervir la mezcla, luego baja el fuego y cocina unos 5 minutos más hasta que espese ligeramente. Introduce el tempeh en la salsa y cocina 5 minutos más. Espolvorea con sésamo cuando lo sirvas.

27.2.11

Magdalenas de algarroba.


Mi yaya Adela me contaba hace muchos años que, durante la Guerra Civil española, y también en la posguerra (el "tiempo del hambre"), cuando la comida escaseaba, la algarroba se convirtió en el sustituto del chocolate.
Cuando paseábamos por el monte (en Valencia abundan los algarrobos), ella solía coger alguna vaina, la limpiaba un poco, la partía, y nos la daba a probar. Al masticarla, notábamos un agradable dulzor, y un sabor muy característico. Todavía hoy me vienen aquellos paseos a la cabeza cuando huelo la harina de algarroba que compro en la herboristería.


Con esa harina (que no requiere de azúcar, ya que es dulce de por sí) se confeccionan dulces deliciosos, cuyo sabor recuerda algo al del cacao, pero con una personalidad muy distinta.
Hoy día, la harina de algarroba es consumida por todos aquellos fans del chocolate que no pueden consumirlo por problemas de salud. Pero también por todos los que conocen sus grandes propiedades alimenticias.


La algarroba es rica en vitamina A, calcio, potasio, magnesio y hierro, entre otras sustancias. Y tiene menos grasa que el chocolate (sólo un 2%) y una cantidad nada desdeñable de proteínas, entre un 8 y un 10%. Por si fuera poco, las semillas de algarroba son muy ricas en mucílagos, que son un tipo de fibra soluble que facilita la digestión y alivia las molestias digestivas y la diarrea.

No sé que hubiera dicho la yaya Adela de estas magdalenas, o del flan de algarroba, que tantas veces preparo en casa. Probablemente, se los hubiera comido con gran apetito -como era su costumbre- y hubiera acabado con su famosa frase: "Huevos, azúcar y miel... cosa mala no puede ser!"


- 100 grs de mantequilla
- 250 grs de azúcar moreno
- 2 huevos grandes
- 200 ml de nata líquida
- 275 grs de harina de espelta
- pepitas de chocolate
- 2 cucharadas soperas colmadas de harina de algarroba
- 2 cucharaditas de vainilla en polvo
- un sobrecito de levadura en polvo
- moldes de papel de magdalenas


Mezcla el azúcar y la mantequilla derretida en un bol. Añade los huevos y la nata. Incorpora la harina mezclada con la levadura. Mezcla bien. Añade la vainilla, la harina de algarroba y la spepitas de chocolate.
Mientras se calienta el horno a 200ºC, rellena los moldes de papel hasta un poco más de la mitad. Hornea unos 20 minutos. Para que la forma quede más regular, puedes introducir las magdalenas en moldes de aluminio especiales para este uso. Así tendrán todas la misma forma y tamaño.


13.2.11

Tarta de requesón y fresas con jalea de cereza.

Las fresas son las embajadoras de la primavera. Deliciosas, fragantes y jugosas, las primeras fresas de la temporada nos anuncian el fin del invierno y la llegada del buen tiempo. ¿No te parece la fresa un lujo para el paladar y para la vista? Y además, la fresa destaca por las propiedades beneficiosas que tiene para nuestra salud. La vitamina C, la vitamina E y el betacaroteno – los tres antioxidantes por excelencia – se encuentran en su interior.
Y, aunque los mejores meses para las fresas son abril y mayo, ya en febrero empezamos a verlas en las estanterías de los mercados y las fruterías.
Tómalas simplemente bañadas con unas gotas de limón y un poco de azúcar. Déjalas reposar una hora y disfrutarás de todo su intenso aroma y su delicioso sabor.
O pruébalas en esta tarta de requesón. Un auténtico manjar...



- 500 grs de requesón
- 4 huevos
- 6 cucharadas de azúcar moreno
- 1 cucharada sopera de canela
- la ralladura de un limón
- un puñado de pasas sin semilla
- 250 grs de fresas
- jalea de cereza (o cualquier otra fruta roja)
- mantequilla para engrasar el molde

Pon a remojo las pasas en un poco de agua tibia. Mientras, tritura el requesón con los huevos, el azúcar moreno y la canela. Añade la ralladura de limón y las pasas escurridas. Engrasa un molde con mantequilla y echa la mezcla. Lava las fresas y córtalas en círculos. Cubre la superficie con las fresas. Cuece a horno precalentado, a unos 180º durante una hora o hasta que cuaje. Una vez fuera del horno, calienta la jalea hasta que se vuelva líquida y pinta con ella la tarta.


22.1.11

Tarta de puerro, cebolla y calabacín.


Una tarta suave, tierna, deliciosa, nutritiva, digestiva... pruébala.

- 2 calabacines
- 2 cebollas frescas
- 2 puerros
- 60 grs de harina
- 5 huevos
- 4 cucharadas de queso Emmental rallado
- 1 cucharada de mantequilla + una cucharadita
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- nuez moscada, sal, pimienta y sésamo
- salsa de tomate casera

Pica las verduras y rehógalas en aceite de oliva. Aparte, bate los huevos con la harina y añade sal, pimienta y nuez moscada. Agrega el queso rallado y las verduras escurridas y mezcla. Unta un molde para tartas con mantequilla y vierte la mezcla preparada. Espolvorea con queso rallado y sésamo. Introduce a horno precalentado a 180º y hornea 40 minutos.
Sirve con salsa de tomate casera.


16.1.11

Espirales de pan con pesto y parmesano.


En estos tiempos todo son sucedáneos. Comemos sucedáneos: un tomate ya no sabe a tomate, una manzana ya no es una manzana... ¿Y qué me dices de un email? ¿No es un sucedáneo de una carta? (cómo añoro una carta, como las de antes, dios mío cómo las añoro...); un sms sustituye a una llamada; la música enlatada recuerda a duras penas a la música en directo. Yo diría incluso que hay personas que parecen sucedáneos de seres humanos...

Así que muchos echamos de menos las cosas esenciales, las auténticas, las que son sencillas y están bien hechas. Como el pan hecho en casa.

Curiosamente, si te informas acerca de la fabricación del pan, compruebas que, al mismo tiempo, en la elaboración de ese básico alimento, se da una innumerable serie de fenómenos físico-químicos con complejas explicaciones. No obstante, opino que hacer pan es algo sencillo que da una felicidad difícil de expresar. Encontrar algo real, algo de verdad, auténtico, es un auténtico logro.

Un alimento con ese nombre milenario (un nombre capaz de darnos una palabra tan bonita como “compañero” –del latín companio, “el que come su pan con”) tiene que ser bueno por necesidad.


Antes de cocer...

... y cocido.

I)

- 400 grs de harina blanca de trigo

- 400 grs de harina integral de trigo

- una cucharadita de sal

- 3 cucharadas de pesto (pudes comparalo hecho)

- 100 grs de queso parmesano rallado

- una cucharada sopera de aceite de oliva

- agua tibia


II)

- 25 grs de levadura fresca

- una cucharadirta de azúcar

- 2 cucharadas de harina

- medio vaso de agua templada


- un huevo para pintar la masa

Echa las harinas en el banco de la cocina con la sal, y en el centro pon los ingredientes de abajo (II), que son los que harán subir la masa. Agrega el aceite y ve uniendo los ingredientes con el agua, formando una masa. Tápala con un paño, métela en un lugar calido y cerrado, sin corrientes de aire, y déjala subir al menos media hora.

Cuando haya duplicado su volumen, estira la masa con un rodilllo hasta formar un rectángulo de aproximadamente 40 x 30 cm. Píntalo con el pesto primero y luego espolvorea el queso parmesano por toda la superficie.

Luego, enrolla el rectángulo, de forma que te quede un cilindro. Córtalo en rodajas de unos 4 cm, que irás colocando en un molde, bien apretaditas. No importa si queda espacio entre ellas, porque al crecer en el horno acaban juntándose.

Por último, pinta con huevo batido y hornea a 200º unos 35 minutos.

7.1.11

Pastel de pimientos de piquillo con mayonesa de ajos asados.


He aquí un plato que -al menos aparentemente- es un poquito más "sofisticado" y que sirve para esas comidas o cenas más especiales, para agasajar a los amigos o a la familia, o para celebrar alguna fecha muy especial. En mi casa, lo preparamos en Nochevieja, y todos los comensales, sin excepción, se quedaron con ganas de más. Si dedicas unos minutos a la presentación, el éxito está asegurado. Se come a temperatura ambiente, y puedes acompañarlo de las dos salsas que ves en las fotos, o de una sola. Si tuviera que elegir, yo optaría por la mayonesa de ajos asados.
Es de esas recetas ante las que la gente reacciona con expresiones del tipo: "Ahora entiendo que seais vegetarianos"...

- unos 350 grs de pimientos de piquillo de lata
- 4 huevos
- 200 grs de nata líquida
- sal y pimienta blanca
- mantequilla para engrasar el molde

Para las salsas:

- 1 cabeza de ajos
- mayonesa casera
- pimientos verdes
- una cebolla fresca
- un manojo de perejil


Saca los pimientos de la lata y quítales las pepitas y restos de piel que puedan quedar. Bate los pimientos junto con los huevos hasta que quede un puré fino. Añade la nata líquida, sal, pimienta, y mezcla bien.
Engrasa un molde tipo "plum-cake" y echa la mezcla. Tapa con papel de aluminio. Cuece en el horno al baño maría hasta que esté cuajado. Calcula cerca de una hora a unos 180º, pero -como siempre digo- depende de la potencia de tu horno. Lo más práctico es que a partir de la media hora vayas pinchando el pastel para comprobar si esta cuajado por dentro.
Una vez cuajado, saca del horno y deja enfriar a temperatura ambiente. Desmolda cuando esté templado.

Mientras tanto, asa una cabeza de ajo entera en el horno, tapada con papel de alumnio y con unas gotas de aceite. Tardará unos 25 minutos a 180º. Pela los ajos y haz un puré con ellos. Luego mezcla 4 cucharadas de mayonesa por una de puré de ajo asado.

Para la salsa verde, rehoga un par de pimientos verdes con una cebolla y un manojo de perejil, todo cortado en trozos pequeños. Luego tritura hasta hacer una salsa fina.

Puedes decorar con unas tiras de pimiento, un poco de sésamo...