COCINA OVO-LACTO-VEGETARIANA... Y OTRAS EXQUISITECES.


Yo cocino desde que era una niña. Por aquel entonces, amasaba el pan con arena y agua y lo dejaba secar al sol, con paciencia. Hacía exquisitas sopas con hierbecitas, piedras y agua, y luego se las daba a mis muñecas. Siempre estuvieron muy bien alimentadas.

Hoy sigo cocinando. Y lo hago para alimentar el cuerpo y el espíritu de mi familia, de mis amigos, para procurarles un poquito de salud y felicidad. Y , de paso, para dar cauce a una de las expresiones creativas que más me relajan y que mayor placer pueden llegar a causar en mi querido prójimo: un plato vegetariano, equilibrado, sabroso, aromático, bien presentado … agradable en fin a todos los sentidos.

E incluyo, por supuesto, el sentido común: Obviamente, merece la pena cualquier plan dietético que nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad ética, respete más los recursos del planeta y sea potencialmente capaz de hacer desaparecer el hambre. El vegetariano sabe que con su vida diaria contribuye de forma privada, pequeña e indirecta al alivio del sufrimiento humano y animal. Tiene conciencia de que en vez de ser parte de un problema es parte de una solución potencial. No cabe mayor sentido común.

Lo que os ofrezco son pequeños experimentos culinarios que yo misma he ido realizando y recopilando a lo largo de casi veinte años de mi experiencia vegetariana. Por supuesto, casi todos tienen su origen en una receta que un día leí, observé y apunté, escuché, o me fue transmitida por las sabias manos de mi abuela. Pero mi absoluta incapacidad para seguir una receta al pie de la letra (mi madre dice que esto tiene que ver con mi creatividad, pero yo pienso más bien que es por mi afán desmedido de libertad en todos los campos), me ha llevado a escribir mi propio recetario.

Espero que os animéis a cultivar conmigo un arte que es pura alquimia, pura armonía, salud y magia: el arte de la cocina vegetariana.




"Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento." Hipócrates

11.3.11

Tempeh estilo tailandés.


El tempeh es una preparación, a partir de la soja, con grandes propiedades nutricionales, puesto que es rico en proteínas vegetales de gran calidad, mientras que no contiene grasa ni colesterol.
Esta noche hemos probado esta receta. Y, como es mi costumbre, una vez recibida la aprobación familiar, paso a compartirla con vosotros. Se trata de un plato con un sabor distinto y original, exótico, y muy al estilo tailandés.

Para unas 4 personas:

- unos 350 grs de tempeh (yo he usado uno macerado con tamari)
- aceite de sésamo
- una cebolla grande picada
- dos dientes de ajo picados
- 100 grs de judías verdes, cortadas en palitos
- una zanahoria cortada en cuadraditos pequeños
- dos cucharadas de crema de cacahuete
- un bote de leche de coco (unos 400 ml)
- curry de sabor más bien fuerte y un poco picante
- sal
- sésamo para decorar


Corta el tempeh en trozos de aproximadamente 5x7 cm. Dóralo en una sartén con aceite de sésamo (o de oliva si éste te resulta difícil de conseguir). Reserva.
Aparte, dora la cebolla en un poco de aceite a fuego muy lento. Añade las judías, los ajos y la zanahoria. Añade un poco de sal y cocina removiendo de vez en cuando hasta que las verduras estén al dente. Incorpora el curry, la leche de coco y la crema de cacahuete. Deja hervir la mezcla, luego baja el fuego y cocina unos 5 minutos más hasta que espese ligeramente. Introduce el tempeh en la salsa y cocina 5 minutos más. Espolvorea con sésamo cuando lo sirvas.