COCINA OVO-LACTO-VEGETARIANA... Y OTRAS EXQUISITECES.


Yo cocino desde que era una niña. Por aquel entonces, amasaba el pan con arena y agua y lo dejaba secar al sol, con paciencia. Hacía exquisitas sopas con hierbecitas, piedras y agua, y luego se las daba a mis muñecas. Siempre estuvieron muy bien alimentadas.

Hoy sigo cocinando. Y lo hago para alimentar el cuerpo y el espíritu de mi familia, de mis amigos, para procurarles un poquito de salud y felicidad. Y , de paso, para dar cauce a una de las expresiones creativas que más me relajan y que mayor placer pueden llegar a causar en mi querido prójimo: un plato vegetariano, equilibrado, sabroso, aromático, bien presentado … agradable en fin a todos los sentidos.

E incluyo, por supuesto, el sentido común: Obviamente, merece la pena cualquier plan dietético que nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad ética, respete más los recursos del planeta y sea potencialmente capaz de hacer desaparecer el hambre. El vegetariano sabe que con su vida diaria contribuye de forma privada, pequeña e indirecta al alivio del sufrimiento humano y animal. Tiene conciencia de que en vez de ser parte de un problema es parte de una solución potencial. No cabe mayor sentido común.

Lo que os ofrezco son pequeños experimentos culinarios que yo misma he ido realizando y recopilando a lo largo de casi veinte años de mi experiencia vegetariana. Por supuesto, casi todos tienen su origen en una receta que un día leí, observé y apunté, escuché, o me fue transmitida por las sabias manos de mi abuela. Pero mi absoluta incapacidad para seguir una receta al pie de la letra (mi madre dice que esto tiene que ver con mi creatividad, pero yo pienso más bien que es por mi afán desmedido de libertad en todos los campos), me ha llevado a escribir mi propio recetario.

Espero que os animéis a cultivar conmigo un arte que es pura alquimia, pura armonía, salud y magia: el arte de la cocina vegetariana.




"Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento." Hipócrates

15.4.11

Sopa de verduras y tofu al cilantro.



Las especias son el punto fuerte de la cocina vietnamita. En casi todas las recetas vietnamitas vegetarianas que he leído, se repiten ingredientes como el cilantro, la menta, el curry, la pimienta, el jengibre... Los caldos también son base para muchas recetas, y los vegetales son la piedra angular de todas ellas. Se usa abundante cebolla, zanahoria, bambú, brotes de soja, o las conocidas setas chinas o shiitake. Son muy habituales también las hojas de plátano, que se utilizan para preparar alimentos al vapor, así como la leche de coco, tanto en platos dulces como salados. Lo que aquí conocemos como productos específicamente vegetarianos, como el tofu o el seitán, en Asia se consumen como una parte más de la dieta.

Mezclando algunos de estos ingredientes en mi particular “batidora”, he elaborado una sopa de estilo vietnamita que no se parece en nada a nuestras sopas europeas. Contiene mil aromas, resulta agradablemente picante, y se puede comer como plato único dado lo nutritivo de sus ingredientes.

SOPA DE VERDURAS Y TOFU AL CILANTRO

Para unas 4 personas:

- 2 cucharadas de aceite de girasol

- 1 cebolla picada

- 2 dientes de ajo picados

- 1 pimiento verde picado

- 2 patatas grandes cortadas en trozos pequeños

- 2 zanahorias cortadas muy finas

- 1/4 de champiñones (o setas shiitake)

- jengibre fresco y rallado

- 3 cucharadas soperas de curry en polvo

- un bloque de tofu cortado en trocitos

- caldo de verduras

- una lata de leche de coco

- pimienta, sal de hierbas

- un manojo de cilantro bien picado


Rehoga la cebolla en el aceite de girasol. Añade la zanahoria, el ajo, el pimiento y los champiñones (o las setas). Incorpora el jengibre y el curry. Cuando empiecen a ablandarse las verduras, añade caldo de verduras hasta cubrirlas y deja hervir. Añade entonces la leche de coco, las patatas, el cilantro picado y el tofu. Añade la sal y la pimienta (al gusto). Deja cocer hasta que se ablande la patata.

Mi consejo: sirve esta sopa con un vino blanco bien fresquito.